A continuación, te presento la historia de cómo surge la
Casa Sostenible, este escrito es un ejercicio etnográfico, por lo que es
detallado y dividido en subtítulos, para facilitar la lectura y seccionar
momentos diferenciables en la historia de este espacio y su familia.
“no sé, decide tu”
Hace 8 años (2004) reparando mi vieja camioneta Chevrolet
C-10 (como siempre) en un establecimiento que existió en la Avenida Bolívar, pegado
a la pared estaba un aviso hecho en computadora, ofreciendo un terreno en Colinas
de Curazao próximo al Colegio de Abogados, el escrito indicaba facilidades de
pago, por lo que decidí llamar al teléfono publicado, no sin antes acordar vía
telefónica con mi esposa, a ella siempre le ha gustado esa parte de la ciudad
para vivir, puesto que cuando llegó a Guanare siendo una adolecente, su primera
residencia quedaba en el Barrio Curazao, lugar que siempre recuerda con mucho
cariño:
Yo: Hola amor, aquí me encontré con un aviso en donde venden
un terreno de 600m2 en colinas de curazao en siete palos y medio,
dicen que dan facilidades de pago.
Esposa: Versia ¿ya te
vas a meter en otro peo? Bueno esa zona es más fresca, bueno llama a ver, no sé,
decide tu.
Uno siempre tratando de integrar a la mujer en las
decisiones, para que después no digan, pero siempre es lapidaria la expresión: “no
sé, decide tu”, dejando igual o peor que al principio del pensamiento
decisorio, este elemento es una constante femenina y tiene el firme objeto de
echarte toda la culpa en el caso en que lo resuelto salga mal o salir airosa si sale bien, en todo caso lo comparo
como el cable eléctrico neutro, no pasa corriente pero es necesario y siempre
al ladito del que si te pega el corrientazo. Aunque estoy siendo injusto, ella
de una u otra manera siempre me acompaña en mis gestas locas, a veces la
neutralidad también es una forma de apoyo, …“él solito va y se estrella”... Aunque
con mi experiencia de vida he llegado a la conclusión que: “es bonito tomar
decisiones y hacerse responsable por ellas, pero aun más bonito es que te
acompañen”.
Compra de la primera mitad
Los antiguos dueños del terreno resultaron ser gente muy
agradable, conocidos profesionales de esta ciudad. Luego de negociaciones, el
primer pago lo realizamos el 15 de Octubre de 2004 y a partir de ese momento, estuvimos
pagando por un año el monto acordado, así empezó el sueño de vivir en las
alturas de Guanare, zona algo más fresca que en el centro de la capital
espiritual. Adquirimos la mitad del
terreno de la futura “Casa Sostenible” (la parte de abajo), siempre veía y
caminaba la parte de arriba como una posibilidad de comprar, realmente hacía un
fuerte ejercicio de visualización, me veía cultivando hortalizas, criando
gallinas y otras cosa productivas, sin embargo, los dueños no vendían en ese
momento, por esos días el terreno no tenía pared perimetral por el frente y el
fondo, por lo que era un paso peatonal y botadero de basura local, la casa era
un baño comunitario y según la gente del sector era guarida de alimañas de
cuatro y de dos patas, cosa que nunca pude probar, siempre que le daba una
vuelta al terreno estaba tal como la había dejado, solo era evidente que la
casa era un buen baño, sumado a las hojas y frutos de los árboles de mango era
una excelente casa-compotera.
La invasión de la Casa Sostenible
Pasaron tres años y en 2007 hubo una ola de invasiones, del
cual no salimos ilesos, en la casita sin techo, ventanas y puertas se metió una
joven con 2 niños pequeñitos, se le veía la necesidad de vivienda, fui a
conversar con ella, no tendría más de 20 años, la chica manda a llamar a la gente
y en menos de 5 minutos, yo estaba rodeado por una veintena de personas, todas hablándome
con fuerza, como acusándome de algún delito. Todos los terrenos de la zona
fueron invadidos, avalado por la asociación de vecinos, aun no existían los
consejos comunales. La dama en cuestión
habilitó una de las habitaciones, sembró algunas plantas, en el terreno de
arriba se instalaron unos jóvenes de no más
de 25 años, levantaron un rancho de tablas con zinc, limpiaron el
terreno y colocaron dos generosos pelos de alambre de púas que dividía el
terreno en dos toletes más o menos iguales. Mi esposa y yo intentamos razonar
en varias oportunidades sin lograr resultado.
La invasión duró cerca de tres meses, se logró recuperar el
espacio siguiendo los canales regulares institucionales y eventualmente todos
los invasores se retiraron, por lo que somos testigos de que el sistema de
justicia venezolano funciona. Aprendí que en estos casos, lo primero que hay
que hacer es introducir una denuncia formal al CICPC, pero para llegar a esa
instancia, visité primero la Alcaldía de Guanare, la Defensoría del Pueblo y la
Fiscalía, en todas estas instituciones gubernamentales me atendieron muy bien,
siempre salía al menos con un oficio, el cual me refería al siguiente
organismo, pues ellos “no podían hacer nada”, hasta que al fin un fiscal me
orientó legalmente y me envió al CICPC con un oficio, donde explicaba el caso.
El CICPC instruyó un expediente y posteriormente armó una comisión asistiendo al lugar y citó a todos los invasores a declarar, asumo que
fue un momento altamente disuasivo y de entendimiento que estaban cometiendo un
delito en flagrancia.
Compra de la
segunda mitad
El sinsabor de la invasión, dejó a los propietarios de
terrenos aledaños angustiados por una nueva invasión, proliferaron los letreros
de “se vende”, incluyendo los de mis vecinos de al lado (parte de
arriba), por lo que los llamé y pregunté el precio, el cual era exorbitante,
más aun para un asalariado universitario, por lo que no hubo acuerdo y lo puse
en manos de Dios, “lo que es del cura, para la iglesia va”, así transcurrieron
unos meses, cuando menos lo esperaba una llamada de los dueños, dispuestos a
negociar, por lo que acordamos un precio por menos de la mitad de lo solicitado
al inicio y con facilidades de pago, nos permitió adquirir la parte de arriba,
completando 1.300m2 de extensión de terreno urbano, ahora propiedad
de la familia Veiga Mejías.
Un visitante excepcional
Luego de la invasión
y posterior compra del segundo terreno, tuvimos la visita “extendida” por un
año y medio del papá de mi esposa, el Señor José del Cristo Mejías (Cheo), quien con la nostalgia de los años decidió
ver crecer a sus nietos por una temporada, en especial a Sebastián. En este período, aprovechando la experiencia
como maestro de obra del “suegro”, se colocaron las puertas y ventanas y se
sobrepuso temporalmente un techo con láminas de losacero, siendo el abuelo el
primer habitante de la Casa Sostenible, este inicial aporte de amor y trabajo,
permitió empezar a darle forma a la casa y también para que la comunidad
empezara a respetar los espacios, solicitamos el permiso para colocar aguas
negras y blancas, para lo cual instalamos 80 metros de tubería PVC de 6” para
poder conectar aguas negras a la casa e instalar “la cachicama”, para poder
contar con agua potable gracias al almacenamiento de dos barriles de 200
litros, lo cuales fueron los primeros tanques del sistema. A principio de 2009,
el abuelo siguió su camino, hoy día se encuentra trabajando en Caracas y
nosotros nos quedamos con un profundo agradecimiento por su aporte
desinteresado, para empezar a enrumbar nuestro proyecto “Casa Sostenible”.
2009 año de fuerte inversión
En julio de
2009, encerramos el terreno completamente, se realizaron tres obras civiles de
importancia, la plataforma de arriba, la cual consistió en un rectángulo de 6 metros
por 20 de ancho, pared de 3 metros, riostrado y coronado, bases de metro de
profundidad, con la visión de construir una edificación de 3 niveles, para habitaciones,
se pretende a futuro, contar con una posada, esta primera obra favoreció la
nivelación (gruesa) del terreno de arriba, se excavaron 2 huecos con miras a
construir lagunas para piscicultura y un tercer hueco para zona recreativa con
piscina.
La segunda obra consistió en la pared-muro de contención
del terreno bajo, con estacionamiento para 2 vehículos y portón metálico de 10
m de longitud, esta obra permitió nivelar el terreno alrededor de la vivienda,
construir la rampa grande y la escalera de entrada. Finalizamos ese año
construyendo el muro de contención intermedio, donde diseñamos y ejecutamos la
construcción de una pared “curva”, con fines estéticos a la hora de concretar
la construcción de la piscina recreativa. La inversión total para ese año
superó los 150.000Bs. Lo cual nos dejó altamente endeudados con diferentes
fuentes de financiamiento, principalmente la caja de ahorro y la inversión de nuestros
bonos vacacionales y navideños.
2009-2012
Desde el
2009 al 2012, fue poco lo realizado producto de la deuda contraída, para julio
de 2012, logramos refinanciar nuestras deudas y solicitar nuevos créditos a la
caja de ahorro, nuevamente invertir nuestro bonos vacacionales, por lo que
logramos invertir algo más de 120.000Bs. Recursos que permitieron vaciar el
piso de la planta baja de la vivienda principal y levantar el techo con
losacero y tubería estructural, se colocó la distribución de tuberías para
electricidad, agua y gas. Se instalaron los tanques de almacenamiento de 4 mil
litros, como los elementos principales, nuevamente nos llenamos de deudas, aun
la vivienda principal no se encuentra habitable, sin embargo, ya estamos
convencidos que falta menos para lograr que la familia se mude en los próximos
tiempos a la “Casa Sostenible”.
Reflexiones flexibles
En términos económicos,
el proyecto en 8 años lleva invertido algo más de 350.000Bs. (cerca de 80.000USD) Convirtiéndose en
el activo principal de la familia. Advertimos a todas las personas que lean
estas líneas con pretensión histórica, que somos profesionales pertenecientes a
la clase trabajadora (media baja), no somos ricos, ni acaudalados, dependemos
de sueldos tan bajos que nunca superamos el límite que el SENIAT establece,
para pagar impuestos anuales por enriquecimiento. Sencillamente hemos invertido
y ahorrado en este proyecto, como pudiera hacer cualquier familia que con
esfuerzo, ahorro, autogestión se propone un proyecto de vida y pasamos del
deseo a la acción, pues como decía mi abuelo: “las puras intensiones no preñan”,
hay que pasar del querer hacer al hacer.
Somos
venezolanos, que antes de gastar absolutamente todo lo ganado, hemos preferido
invertirlo en un proyecto a futuro, un emprendimiento familiar, que le dé
cabida al trabajo productivo, a la investigación, a la educación, al ejemplo
creador, a brindar una oportunidad de crecimiento y desarrollo a nuestro núcleo
familiar, así como también a nuestro entorno social y ambiental.
Antonio
Veiga
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